El Camino a la Felicidad
El Camino a la Felicidad, Un código moral que está cambiando el mundo.
«Siento que a través del arte la gente puede entender lo que hacemos con el Camino a la Felicidad.
Un pequeño librito que está devolviendo al mundo sus valores.
Un pequeño librito que no tiene ninguna connotación política ni religiosa. Que no distingue colores, razas o nacionalidades.
Un pequeño librito que está cambiando el mundo y uniendo a la gente en una meta común.
Hacer de este un lugar mejor donde vivir..!
Quién no estaría de acuerdo con: Ser digno de confianza, No dañes a una persona de buena voluntad, Ama y ayuda a los niños, Respeta las religiones de los demás… Yo siento que los grandes conflictos en el mundo son políticos y religiosos, por eso es que no entro en política ni me meto con la religión de nadie… y eso es lo que hace El Camino a la Felicidad, crear una plataforma de valores».
En la parte privada VIP, Iremos teniendo seminarios y conferencias, incluso en directo para que puedas hablar conmigo y donde podrás preguntarme aquello específico que te inquiete o desees saber.
Podrás hablar conmigo directamente… Te gusta la idea??
Yo estoy deseando que te suscribas y nos podamos conectar para compartir nuestras cosas…!
Tengo tanto que contarte y tienes tanto que contarme tu..!
Escribeme hoy mismo mi querido amigo, amiga…juntos podemos hacer grandes cosas..!
El Camino a la Felicidad inculca valores en la Sociedad, en cada persona, en la familia, en las relaciones personales con tus amigos, en el trabajo. Cada persona que ha leido o ha hecho un seminario de El Camino a la Felicidad ha cambiado su vida convirtiendose en una mejor persona y pudiendo ayudar mas a su familia…
CUENTO CONTIGO PARA CREAR JUNTOS UNA NUEVA PLATAFORMA DE VALORES DONDE PODAMOS ERRADICAR LA VIOLENCIA Y DONDE ALCANCEMOS LA FELICIDAD A TRAVES DE LA TOLERANCIA Y LA PAZ.
Si quieres que te ayude a resolver cualquier situación que estés atravesando en tu vida, escríbeme a mi área privada y con mucho cariño te ayudaré en tu caso personal.
Con mucho amor,
Ruddy